JUSTICIA SUCIA, CONTROLES CIEGOS

Durante varios meses, Chubut Online llevó adelante una investigación profunda que revela información delicada y alarmante sobre el desempeño, los vínculos, el crecimiento patrimonial y las conductas personales del juez de Cámara de Esquel y presidente de la Asociación de Magistrados de la Provincia del Chubut, Dr. Claudio Alejandro Petris.

Este trabajo expone lo que muchos sabían, pero pocos se animaban a confirmar: cómo habría llegado al cargo, de qué manera ejerce su función y cuáles son las maniobras que estarían detrás de su poder creciente.




¿QUIÉN ES CLAUDIO ALEJANDRO PETRIS?

Nacido en Capital Federal y con 64 años, Petris construyó su carrera judicial en Buenos Aires, primero como meritorio, relator y secretario en juzgados de Capital y Lomas de Zamora. Luego de un breve paso por la Cámara de Apelaciones de Trelew, asumió como juez civil en Esquel en abril de 2001.

Sin embargo, en 2004 fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por su presunta participación en maniobras fraudulentas mientras ejercía como secretario en Lomas de Zamora. La acusación advertía que había ocultado su implicancia en esos hechos al presentarse a concurso en Chubut.

En primera instancia, se le negó la posibilidad de concursar como camarista, pero la causa penal prescribió, y finalmente fue designado en la Cámara de Apelaciones de Esquel en 2010.




CONTROLES AUSENTES Y PROTECCIÓN POLÍTICA

La decisión de permitirle concursar nuevamente generó fuertes cuestionamientos internos. “Queda la impresión de que hay una historia que no fue contada”, declaró entonces un miembro del Consejo. La causa (N.º 577.538) y el expediente administrativo (69/04) contienen testimonios y pruebas que confirman graves irregularidades en su conducta pasada.

Entre ellas, divorcios ficticios, sucesiones sin expediente real, y la confección de documentos jurídicos inexistentes que firmaba como si fueran legítimos. Uno de los denunciantes asegura haber pagado U$S 7.000 por un divorcio que nunca existió.




VÍNCULOS, EMPLEOS Y FAVORES: EL USO DEL PODER EN ESQUEL

Ya como juez de Cámara en Esquel, Petris habría escalado posiciones con vínculos políticos y favores judiciales. Uno de los testimonios más contundentes es el de un joven que habría sido víctima de abuso de poder, manipulación emocional y económica, y utilizado como testaferro en la compra de un vehículo.

El vehículo en cuestión, un Mini Cooper que pertenecía al futbolista Aldo Duscher, fue registrado a nombre del joven en 2017. Petris habría tramitado una cédula azul para conducirlo ese mismo día, y la titularidad recién fue transferida en 2022… a nombre de su hija, Antonella Petris Gallelli.

Según el testimonio del joven —distorsionado digitalmente para preservar su identidad—, no sabía conducir, no tenía ingresos para comprar un auto, y desconocía a quién le pertenecía el vehículo antes y después. Esto refuerza la hipótesis de un uso ilegal de su nombre como prestanombre.




DUDAS SOBRE LAVADO DE DINERO Y FAVORITISMOS JUDICIALES

El caso genera dos hipótesis principales:

1. Que se trató de una maniobra para evadir impuestos o blanquear fondos.


2. Que el vehículo fue una recompensa por fallos judiciales favorables hacia Duscher, amigo personal de Petris.



Existen registros de al menos una causa de familia donde Petris habría fallado a favor del futbolista sin excusarse, a pesar del vínculo personal.




MÁS PROPIEDADES, MÁS PREGUNTAS

Además del Mini Cooper, la hija del juez figura como titular de un Toyota Etios 2021, un Corolla Sport 2023, y otro hijo registró un Chevrolet Astra en 2022, sin declarar ingresos formales.

Petris también habría adquirido un inmueble en pleno centro de Esquel, simulando la operación a través de sus hijos, pero reservándose el usufructo vitalicio. Una maniobra que, según especialistas, oculta al verdadero propietario.

En una de las escrituras figura incluso que sus hijos no son “personas expuestas políticamente”, lo cual es falso por normativa UIF, ya que el parentesco con un juez los incluye automáticamente.




IRREGULARIDADES FUNCIONALES Y AMIGUISMO JUDICIAL

Diversas fuentes aseguran que los favores judiciales a amigos o conocidos eran habituales. Un caso concreto involucra a su médico personal, a quien habría beneficiado en un amparo mientras tramitaba licencias con certificados médicos de su padre, residente en Buenos Aires.

También habría utilizado su influencia para obtener adoquinado gratuito frente a su casa, relacionado con una sucesión importante que tramitaba en Esquel.

En el ámbito comercial, cuando intentó vender una Chery Tiggo 2015, se habría negado a cerrar la operación al saber que el pago sería bancarizado, lo que genera sospechas sobre el origen o destino de los fondos.




CÉDULAS AZULES Y EMBARCACIONES

Petris también aparece como poseedor de cédulas azules de vehículos registrados a nombre de sus hijos, como un Toyota deportivo. Además, tendría una embarcación de alto valor, que fue vista tanto en su casa de Villa Ayelén como amarrada en el Club Esquel de Pescadores.




EVASIÓN FISCAL Y FALTA DE REGISTROS

A pesar del amplio patrimonio, Petris no figura inscripto en impuestos activos en ARCA ni en AFIP, salvo por un breve período entre 2018 y 2019 como “prestador de servicios”. No tributa Bienes Personales ni Ganancias por los inmuebles y vehículos mencionados, lo que podría configurar evasión fiscal.




COMPORTAMIENTO ABUSIVO Y ACUSACIONES GRAVES

Los testimonios más perturbadores señalan que Petris habría ejercido coerción y abuso sexual sobre personas vulnerables, incluso dentro de su despacho. Según los relatos, habría forzado prácticas sexuales y amenazado con “plantar droga” o “armar causas” si no se accedía a sus exigencias.

Estas acusaciones son especialmente graves, no sólo por su contenido, sino porque exponen una forma de poder enfermo y destructivo dentro de la justicia.




¿QUIÉN CONTROLA AL QUE DEBERÍA CONTROLAR?

Cuando quienes deben impartir justicia usan su cargo para manipular, favorecer y enriquecerse, el daño excede lo legal: se instala la desconfianza social, la impunidad, y la pérdida de credibilidad institucional.

La evidencia está. Los datos son públicos. Los testimonios se repiten. Solo falta que alguien mire más allá del poder que este juez aún concentra.

Porque si nadie controla al que debe controlar,
¿qué queda?

Investigación exclusiva de ChubutOnline

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