El 3 de junio de 2015 marcó un hito histórico en Argentina y toda América Latina. Una multitudinaria marcha frente al Congreso de la Nación convocó a miles de mujeres y personas de distintos sectores, con un mensaje claro y contundente: “paren de matarnos”. Este reclamo se replicó en más de 100 ciudades del país, visibilizando una problemática que hasta entonces se minimizaba o se abordaba de manera errónea.

La movilización fue la respuesta a un brutal femicidio que conmocionó a la sociedad: el asesinato de una adolescente de 14 años, perpetrado por su novio y ocultado en el jardín de su propia casa. Este caso fue la gota que rebalsó el vaso en un contexto en el que los femicidios se multiplicaban y la prensa muchas veces culpaba a las víctimas por su forma de vestir o sus conductas, en lugar de señalar a los agresores y exigir justicia.

La periodista feminista Marcela Ojeda resumió la urgencia con la que se gestó el movimiento Ni Una Menos: “En 2008, una mujer era asesinada cada 40 horas; en 2014, cada 30 horas. En esos años, los medios difundieron más de 1.800 casos de femicidios. El femicidio es la forma más extrema de la violencia machista y atraviesa todas las clases sociales, credos e ideologías. Decir ‘femicidio’ es denunciar cómo la sociedad naturaliza esta violencia”.

Desde entonces, la lucha por los derechos de las mujeres, la visibilización de la violencia de género y la agenda feminista ganaron fuerza y espacio en la discusión pública local y regional, transformando la conciencia social y política en Argentina y en toda Latinoamérica.

Fuente: CNN