Con el ánimo golpeado y la presión al límite, River encara una semana determinante. Este viernes, a las 17, visitará a Gimnasia en el Bosque, en un partido que servirá de antesala para dos choques que marcarán el termómetro del equipo de Marcelo Gallardo: el miércoles enfrentará a Independiente del Valle, en Quito, por la Copa Libertadores, y el domingo 27 recibirá a Boca en el Monumental.
El Millonario llega a este tramo del calendario con dudas más que certezas: ganó solo uno de los últimos seis partidos y empató los otros cinco. En total, disputó 17 encuentros oficiales en el año, con apenas siete triunfos y un preocupante registro de 15 goles a favor, el más bajo en su historia reciente en cuanto a efectividad ofensiva.
Pese a la llegada de ocho refuerzos importantes —entre ellos Montiel, Martínez Quarta, Enzo Pérez, Galoppo, Rojas, Castaño, Tapia y Driussi—, el equipo no logra traducir ese potencial en resultados. La falta de gol y la falta de reacción en momentos clave despiertan el malestar de los hinchas.
El cuerpo técnico y el plantel lo saben: están en deuda. Lo que viene no permite margen de error. Además de definir su suerte en la Libertadores —el gran objetivo del semestre— y pelear el torneo local, River también se juega el ánimo con su gente, en un año que traerá un hito histórico: el primer Mundial de Clubes con 32 equipos, entre junio y julio en Estados Unidos.
Fuente: Infobae












