En una acción de gran magnitud, las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires llevaron a cabo un operativo sorpresa en la zona comercial del barrio de Flores, donde más de 5.000 vendedores ambulantes fueron desalojados de la vía pública. La intervención estuvo a cargo de un amplio despliegue policial, con la participación de 550 efectivos, sumados a inspectores municipales y agentes de control urbano.
El procedimiento incluyó 50 allanamientos en depósitos clandestinos, donde se encontraron productos falsificados, artículos electrónicos sin registro y alimentos en condiciones insalubres. Las autoridades argumentaron que esta medida busca reordenar el espacio público y erradicar la venta ilegal, que afecta tanto a comerciantes habilitados como a la seguridad de los peatones.
Los trabajadores informales, por su parte, denunciaron el accionar policial y pidieron alternativas laborales para regularizar su situación. Algunos comerciantes afirman que la venta en la vía pública es su único sustento y que la medida no hace más que agravar la crisis económica. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad permanecen en la zona para evitar que los vendedores regresen a instalarse.












