LA CARRERA GLOBAL POR LA IA: LA DISPUTA ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA.

La carrera por el dominio de la inteligencia artificial (IA) entre Estados Unidos y China ha alcanzado una etapa crucial. En las últimas semanas, ambos países han dado pasos significativos que merecen ser destacados.

Por un lado, la empresa china DeepSeek presentó el 26 de enero de 2025 su modelo V3, que, según sus propios desarrolladores, rivaliza con los modelos de IA más avanzados a nivel mundial. Este avance pone a DeepSeek en competencia directa con gigantes estadounidenses como ChatGPT de OpenAI (respaldado por Microsoft) y Claude de Anthropic (con apoyo de Google). Además, el modelo chino se caracteriza por ser significativamente más económico, optimizando los rendimientos a un menor costo.

Por otro lado, en Estados Unidos, tras la asunción de Donald Trump el 20 de enero, el gobierno lanzó el Proyecto Stargate, que promete invertir hasta 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para incentivar la investigación y el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. Este ambicioso proyecto cuenta con la participación de líderes del sector como Masayoshi Son (de SoftBank), Sam Altman (de OpenAI) y Larry Ellison (de Oracle).

El Juego Geopolítico y el Riesgo Global

La disputa por el liderazgo en la IA no es solo tecnológica, sino también geopolítica. Según el International AI Safety Report, elaborado por 100 especialistas en IA de todo el mundo, esta competencia intensificada podría generar riesgos significativos. Los expertos advierten que la presión competitiva podría llevar a los desarrolladores a adoptar medidas de mitigación de riesgos menos rigurosas, lo que podría tener consecuencias no solo en términos de seguridad, sino también en la distribución equitativa de los avances tecnológicos.

El informe destaca cómo la dinámica de «el ganador se lo lleva todo» podría beneficiar a los líderes en este campo, permitiéndoles capturar rápidamente mercados globales. Por el contrario, aquellos que queden atrás enfrentarían una desventaja significativa, lo que podría dejar a algunos países rezagados en la adopción de esta tecnología crítica.

Además, la investigación y desarrollo de IA está actualmente concentrada en un pequeño grupo de países: los occidentales y China. Este desequilibrio podría aumentar la dependencia de gran parte del mundo respecto a estos países, contribuyendo a la desigualdad global. De hecho, en 2024, Estados Unidos impuso restricciones al comercio de chips para IA con China, lo que obligó a las empresas chinas a optimizar sus desarrollos para ser más eficientes.

Impacto Global: Consecuencias de la Carrera por la IA

Este contexto se entiende mejor al observar las políticas estratégicas de ambos países. En 2017, China presentó su Plan de Desarrollo de Inteligencia Artificial, con la ambiciosa meta de crear centros tecnológicos de vanguardia, similares a Silicon Valley, en ciudades clave como Beijing, Shanghai y Shenzen.

En resumen, la disputa entre Estados Unidos y China por el liderazgo en inteligencia artificial no solo tiene implicaciones para el futuro de la tecnología, sino también para la economía global, la seguridad cibernética y la distribución del poder tecnológico. Como advierten los expertos, esta competencia podría traer consigo una mayor concentración de poder y una mayor desigualdad en el acceso a estas tecnologías, afectando a países fuera de este círculo restringido.

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