El país sufre racionamientos eléctricos debido a una crisis energética agravada por la sequía, afectando a la población y sectores productivos, mientras el gobierno busca soluciones temporales.
Ecuador vivió una jornada de apagón nacional programado como parte de un “mantenimiento preventivo” en su sistema de transmisión de energía. Los cortes de luz, que comenzaron a las 22:00 del miércoles y se extendieron hasta las 06:00 del jueves, se producen en un contexto de crisis energética desencadenada por la peor sequía que sufre el país en los últimos 61 años. Esta situación obligó al gobierno a tomar medidas extremas para preservar los limitados recursos energéticos disponibles.
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El impacto de los apagones no se limitó solo a la suspensión del servicio eléctrico. Sectores como el educativo y el transporte tuvieron que modificar sus horarios, mientras que el sector productivo implementó planes de contingencia para mitigar los efectos del racionamiento. Según estimaciones de los empresarios, las pérdidas en la producción alcanzan los 12 millones de dólares por cada hora sin electricidad, una cifra alarmante en medio de una economía que ya tiene grandes desafíos.
Ante el incremento de la violencia y la ola de inseguridad que sacude al país, las fuerzas de seguridad desplegaron operativos especiales para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos durante los apagones. Paralelamente, se implementó un toque de queda focalizado en seis provincias y un cantón, declarados en «estado de excepción» debido a la creciente violencia. Estas medidas buscan prevenir posibles saqueos y crímenes que podrían agravarse en ausencia de luz.
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El ministro de Energía, Antonio Goncalves, explicó que se tomaron diversas medidas para intentar mitigar la crisis energética. Una de ellas fue el uso de la técnica de “bombardeo de nubes”, que busca inducir la lluvia en las zonas afectadas por la sequía y aumentar los niveles de agua en los embalses de las principales hidroeléctricas del país. Los resultados de esta técnica se conocerán en los próximos días, aunque se trata de una solución temporal a un problema estructural.
Mientras tanto, el gobierno de Ecuador comenzó el proceso de alquiler de una segunda central de generación flotante o barcaza para cubrir el déficit energético, que se estima en unos 1.000 megavatios. La primera de estas barcazas, ya en funcionamiento, cubre 100 megavatios, pero se espera que la segunda contribuya con hasta 250 megavatios más, proporcionando un alivio parcial a la situación.
Fuente: Noticias Argentinas SA.
Foto de portada: EL PAÍS.












