La organización ICMEC de Estados Unidos fue clave en la alerta internacional que permitió identificar a Germán Kiczka y su familia como parte de una red de pedofilia. El diputado misionero y su hermano siguen prófugos.
El escándalo por la red de pedofilia en Misiones que involucra al diputado Germán Kiczka y su familia sigue generando repercusiones. La organización estadounidense ICMEC (International Centre for Missing & Exploited Children) fue la responsable de emitir la alerta que permitió a las autoridades argentinas detectar esta red, lo que derivó en la acusación formal contra Kiczka, su hermano y su padre. Actualmente, tanto Germán como su hermano Sebastián Kiczka permanecen prófugos, mientras Interpol ha emitido una alerta roja para su búsqueda internacional.
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Paula Wachter, directora de la ONG Red de Infancia, reveló en una entrevista que la implicancia del diputado en esta red criminal fue identificada a través de su actividad en redes sociales, donde utilizaban un canal de YouTube de magia para captar y seducir a menores. Este modus operandi, basado en la explotación de chicos online, evidencia, según Wachter, la profunda penetración del crimen organizado en diferentes estamentos del poder.
El caso Kiczka no es el primero en Argentina en el que se observa la complicidad de funcionarios con redes criminales. Wachter recordó el caso Loan, donde se involucró a agentes de la Policía Federal en una red de trata con fines de explotación sexual. La directora enfatizó que estas organizaciones delictivas operan con una impunidad preocupante, alimentada por su capacidad de infiltración en sectores clave.
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Interpol Argentina formalizó el pedido de captura para los hermanos Kiczka, quienes son buscados por la producción y consumo de pornografía infantil, además de su presunta conexión con una red de pedofilia. Según la información proporcionada, los prófugos podrían haber cruzado a Brasil o Paraguay, lo que ha intensificado la búsqueda en esos países.
Este caso subraya la complejidad de las redes de explotación infantil y la necesidad de cooperación internacional para desmantelarlas. La alerta de ICMEC y la intervención de Interpol son pruebas de cómo la colaboración global resulta fundamental para combatir este tipo de delitos.












