Bolivia mantiene los combustibles más baratos de Sudamérica, pero a un alto costo

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Con precios de gasolina y diésel entre los más bajos de la región, Bolivia enfrenta el desafío de sostener una política de subsidios que impacta tanto en su economía como en la lucha contra el contrabando.


Bolivia se consolidó como el país con los precios de combustibles más bajos en Sudamérica, según un informe reciente del Ministerio de Hidrocarburos y Energías. Con la gasolina a 0,54 dólares por litro y el diésel a 0,53 dólares, el país se posiciona como el más accesible en términos energéticos, muy por debajo de los precios observados en naciones vecinas como Paraguay, Brasil, Argentina, Perú y Chile, donde los costos por litro oscilan entre 0,91 y 1,40 dólares.

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Esta política de precios bajos fue sostenida gracias a la intervención del Estado, que subvenciona gran parte del costo de los combustibles. Según Rocío Molina, asesora del Ministerio, esta medida permitió contener la inflación y ofrecer alivio a los consumidores. Sin embargo, también generó una pesada carga económica para el país, con un gasto en subsidios que creció exponencialmente en los últimos años.

El impacto de estos subsidios no fue exclusivamente positivo. Aunque beneficiaron al consumidor boliviano, propiciaron el contrabando de combustibles hacia países vecinos, donde los precios son significativamente más altos. Este contrabando, según las autoridades, representa una pérdida millonaria para el Estado, desviando recursos que podrían destinarse a sectores vitales como la educación y la salud.

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Bolivia depende en gran medida de la importación de combustibles, importando aproximadamente el 50% de la gasolina y el 85% del diésel que consume. Esto, combinado con los precios subsidiados, llevó al gobierno a enfrentar un dilema económico. El presidente Luis Arce propuso un referéndum para que la población decida si se deben mantener o no estos subsidios, subrayando la necesidad de evaluar su viabilidad económica a largo plazo.

El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, reveló que el costo de los subsidios pasó de 200 millones de dólares en 2008 a casi 2.000 millones de dólares en 2023, una cifra que, según proyecciones, se mantendrá en 2024. Esta situación generó un intenso debate sobre la sostenibilidad de las políticas actuales y el futuro de la economía boliviana.

Fuente: Noticias Argentinas SA.

Foto de portada: Archivo.

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